El alcalde de Salou recibe al arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol

 El alcalde de Salou, Pere Granados, ha recibido hoy la visita del arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, acompañado del padre Santiago Soro y otros miembros de Cáritas. El alcalde y el arzobispo han intercambiado impresiones sobre la actual situación del municipio y del trabajo que se realiza desde Cáritas y han repasado las diferentes vías de colaboración en beneficio de la gente que más lo necesita. Granados ha entregado un recordatorio de la ciudad al arzobispo que además, ha firmado el Libro de Honor del Municipio.

El arzobispo ha recordado que los diferentes programas de Cáritas ponen de manifiesto "los valores de ayuda y solidaridad de las personas". Por su parte, el ''alcalde ha vuelto a destacar la gran labor y organización de la entidad y remarcó que es necesaria la colaboración entre esta entidad y el Ayuntamiento para que la administración no puede asumir en solitario la demanda social actual.
El Arzobispo se ha interesado por los proyectos de futuro del municipio así como por la actual situación de los ciudadanos. El alcalde ha trasladado su valoración de la ciudad y ha comentado que "gracias a la actual gestión, nuestro municipio mantiene un equilibrio en su presupuesto que permite mantener la mayor parte de los servicios al ciudadano y aunque se han de reducir algunas cosas, podemos todavía priorizar aspectos como la formación o la educación dado que entendemos que es un pilar básico para construir nuestro futuro como sociedad".

El alcalde ha vuelto a remarcar que "la prioridad es generar empleo" y que actualmente "la ciudad se encuentra en un buen momento en cuanto a futuras inversiones que seguro repercutirán en la calidad de vida de la ciudadanía". El sacerdote Santiago Soro ha destacado que Cáritas es además un espacio donde mucha gente puede participar de la solidaridad y ha explicado cómo "muchas personas lo que piden es la oportunidad de trabajar por los demás como voluntario".

El día 15 de junio de 2004 el papa Juan Pablo II le nombró arzobispo de Tarragona, archidiócesis metropolitana y primada, responsabilidad que, hasta el momento presente, conlleva la presidencia de la Conferencia Episcopal Tarraconense.