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Cultura y Fiestas

Yacimientos de Salou

Villa Romana de Barenys

El parque arqueológico de la villa romana de Barenys, ubicado en la confluencia de las calles Lluís Domènech i Montaner, Antoni Gaudí y Cèsar Martinell, está formado por los restos de un yacimiento de época romana, correspondientes a un edificio destinado a la producción de cerámica que se pone en funcionamiento entre el siglo I a.C. y el I d.C. En este momento, los romanos llegados a Tàrraco construyen numerosas villas para explotar los recursos de la zona.

El conjunto arqueológico de Barenys estaba destinado a la fabricación de materiales de construcción y de ánforas para la exportación de vino tarraconense. Consta de un horno para cocer cerámica que conserva completamente la cámara de fuego y, a su lado, hay restos de un gran espacio con columnas que correspondería a los talleres donde los alfareros trabajarían las piezas de barro.

Aunque los restos conservados son muy reducidos, también se considera la existencia de una prensa para producir vino, gracias al hallazgo de unos contrapesos que sugieren que se trataría de una prensa de palanca. Se han conservado también varios restos de ánforas y otros contenedores que servirían para almacenar el vino procedente de viñedos plantados en las proximidades.

Poblado protohistórico de La Cella

El poblado protohistórico de La Cella se encuentra ubicado en el paraje llamado La Torre Alta, en el Racó de Salou, justo junto a la costa, en una colina que se eleva sobre el cabo de Salou, lo cual le proporciona un amplio dominio visual sobre toda la bahía de Tarragona; esta ubicación permitiría tanto un control del entorno más inmediato como la explotación de los recursos marítimos o los intercambios comerciales.

El yacimiento ha sido objeto de intervenciones arqueológicas ininterrumpidas desde el año 2010 por el Grup de Recerca Seminari de Protohistòria i Arqueologia de la Universitat Rovira i Virgili (GRESEPIA).

A nivel urbanístico, su trazado urbano y la propia arquitectura del poblado serían los elementos más destacados, convirtiendo este yacimiento en un unicum en toda la Cessetania, región ibérica del Camp de Tarragona. El urbanismo del poblado estaría delimitado por un muro perimetral rectilíneo, del cual se conservan dos tramos que se unen formando un ángulo de 120º, con más de 45 metros de longitud total y un grosor de poco menos de 1 metro.

En cuanto a la arquitectura doméstica, todos los edificios documentados responden a un patrón de casa compleja dividida en diferentes ámbitos funcionales (habitación principal con presencia de un hogar, despensa, almacenes, etc.), con unas dimensiones que oscilarían entre los 90 y los 120 m². Todas estas casas se abren a amplios espacios abiertos, plazas y calles pavimentadas con varias capas de grava, formando suelos compactos y uniformes.

Si tenemos en cuenta los materiales cerámicos recuperados, su procedencia o las propias características urbanísticas y arquitectónicas del poblado, creemos que este yacimiento funcionó como un importante puerto comercial, un centro receptor y distribuidor de mercancías (salazones, vino, aceite, salsas, tejidos, especias, etc.) habitado por una comunidad mixta compuesta por una población autóctona y comerciantes de procedencia mediterránea, entre principios del siglo IV y mediados del siglo III a.C., momento en el cual sería abandonado de forma pacífica.

Hoy en día, los arqueólogos que han realizado y realizan trabajos en el yacimiento han querido proponer una posible identificación entre este yacimiento y Cal·lípolis -ciudad bella- mencionada por Avieno en la Ora Marítima, tanto por su ubicación como por las características mencionadas.

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